venerdì, marzo 09, 2007

De la Poesia...


El verano el 2005 para mi fué muy especial. Fué la primera vez que pasaba sola una parte del verano[1]. En ese verano especial conocí a una persona que tal como fué ese verano, es especial para mi. Sólo hablaos en vivo unas 2 o 3 ocaciones, pero durante bastante tiempo mantuvimos un contacto frecuente via mails y cartas, que esperaba con ansias. Luego, con el tiempo cada vez más escaso fuimos dejando esa costumbre de lado, hasta llegar a algunos mails ocacionales los que dentro de lo posible van con audios en vez de letras, para poder por lo menos escucharnos.
Hoy, en un rato de ocio producido por mi día libre empecé a revisar algunos papeles y entre ellos estaban los sobres donde Gastón me enviaba sus escritos desde Osorno. De esas cartas, hay una que me encanta. Está escrita en un papel muy bonito, y al reverso de ellas van cuatro poemas escritos por él: Primavera, Verano, Otoño e Invierno. Son poemas cortos y simples, pero hermosos... (En la imagen, Primavera)

Y hablando de poemas, durante mis pasadas vacaciones visité una de las casas de Pablo Neruda llamada La Chascona. En el bazar de souvenirs compré dos tarjetas con textos de poeta. Una para un amigo, y esta:

Si, esta última resultó un souvenir un poco mamón, lo asumo. Pues bien, llegando a Concepción una de esas tarjetas está dentro de un sobre en espera a ser enviada por correo. La que ustedes pudieron ver resultó dentro del mismo sobre en que me la entregaron, guardada para cuando alguien o algo lo amerite. Cuando la compré pensé podría ser un lindo recuerdo, un regalo (nuevamente, asumiendo su condición de objeto mamón) pero hoy, creo que está mejor guardada. Ese tipo de pensamientos en general son potenciados por cierto grado de complicidad y confianza correspondida. Y ese tipo de cosas desaparecieron extrañamente en algún minuto, para quedar guardados como un souvenir, un recuerdo de verano o como un poema, como este, hasta que las condiciones sean realmente propicias para su nuevo "florecimiento". Lo dejaré entonces en medio de algún libro, como una flor que se secó y pretendo observar después.





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[1] Entiéndase como sola unos 20 o 25 días del mes de Enero que pasé lejos de mi hermana y mis padres, entre el Campamento de Chacahuín, cerca de Linares y Casma, cerca de Frutillar y alrededores en casa de Jessica Niepel.

2 commenti:

Anonimo ha detto...

hay veces que los veranos son eternos en solo un suspiro!
hagamos que los veranos sean infinitos!

Roxana ha detto...

y que ellos nos mantengan el calor, los aromas, lso colores y los recuerdos presentes...

si, que sean infinitos =)