lunedì, giugno 05, 2006

Cambio de roles

- Ya mamá... ¿vamos?
Una tarde como cualquier otra... la diferencia: ambas teníamos tiempo y disposición.
Hace mucho quería salir con ella, pero la Universidad, el trabajo o el cansancio se ponian entre nosotras. Sin embargo hoy se repitió una rutina que recuerdo de cuando era niña, cuando mamá nos esperaba con el almuerzo listo, calentito, nos acompañaba a comer, se arreglaba un poco e ibamos al centro. Hacíamos algunas compras, caminábamos, conversábamos y terminabamos en el Café Llanquihue, cuando estaba en sus mejores años, tomando té con galletas. Por otra parte, no faltó la mañana de domingo en que nos levantabamos muy temprano y asistíamos a la matiné del cine Regina, a ver la película de Disney que estaba de estreno.

Esta vez fuí yo la que insistió, espero paciente a que almorazara, y salimos las dos. Llegamos al Mall (o 'shoping center'), nos probamos zapatos, nos compramos cosas, nos comimos un helado y finalmente fuimos al teatro, a ver el montaje "Donde la Tía". Esta vez fué distinto, porque era yo la encargada de que las cosas fueran bien. Ibamos de la mano, igual que hace quince años atrás, pero sentía que esta vez era yo quien la cuidaba... En cierta forma me sentí grande, una niña tomando el papel de grande.

Llegamos a casa, nos sentamos a tomar un té, mientras veíamos la televisión...
- ¿A que hora te levantas mañana?
- A las 8... pero no me acuesto aún, quiero avanzar un trabajo... ya mamá, me voy a mi pieza.
- Bueno... buenas noches
- Buenas, que duermas bien.
- Tú también. Muchas gracias por todo.
No era necesario lo último, pero si lo era el día de hoy. La vida de niña grande me quita varios espacios que hace años atrás me eran escenciales, y lo siguen siendo aún, aunque terminan siendo postergados.
Gracias a tí, por aceptar que saliéramos juntas. Gracias por estar conmigo, espero se repita la velada.

Aunque los espacios son distintos, los recuerdos vuelven, los momentos quedan.

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